lunes, 22 de septiembre de 2014

El Averno


Averno era el nombre antiguo que se le daba, tanto por griegos como por romanos, a un cráter en Campania, en cual era la entrada al inframundo, El Más Allá, donde se encontraba el Aqueronte, río tenebroso, con un barquero llamado Caronte, al cual hay que pagarle el viaje. Por eso, los griegos tenían la costumbre de poner una moneda en la boca de los cadáveres, a fin de que estuvieran en condiciones de pagar el transporte.

Cerbero, un perro de tres (o cincuenta) cabezas guardaba las puertas del infierno. Era hijo de Tifón y Equidna, ninfa monstruosa hija a su vez de Medusa; tenía el lomo erizado de serpientes, la cola de dragón y sus fauces destilaban veneno. Se encontraba en la otra orilla de la laguna Estigia, por donde el barquero Caronte llevaba las almas desde la tierra al Hades o Averno. La principal misión de Cancerbero era no dejar salir a nadie.

Cuando alguien moría, Hermes conducía al muerto hasta el río Estigia, donde el barquero Caronte recogía en su barca al muerto y lo llevaba al otro lado. Varios ríos recorrían su reino: Acheron el río de la tristeza, Cocytus el río de las lamentaciones, Lethe el río del olvido, Phlegethon el río del fuego y Styx el río del odio.


Los muertos se sometían al juicio de Minos, Radamantis y Éaco, que los mandaban por tres senderos según sus actos: En el primer sendero estaba la llanura de Asfódelos, aquí se quedaban los mediocres, en otro camino se encontraban los Campos Elíseos, donde iban los afortunadosy el Tártaro, que era un lugar tétrico, oscuro y funesto, habitado de formas y sombras incorpóreas y custodiado por Cerbero.

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