lunes, 22 de septiembre de 2014

Primera Generación Divina


En el principio existió el Caos. Después Gea, sede siempre segura de todos los inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. En el fondo de la tierra se encontraba el Tártaro. Por último, Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales. Del Caos surgieron Érebo y la negra Noche...

La caída de los Titanes, de Rubens
Ambos fueron los padres de las primeras criaturas vivas: Hecatónquiros, Cíclopes y Titanes, encerrados luego por Urano, porque eran monstruosos o porque temía que lo destronasen. Gea  alentó a los Titanes y a su hijo Cronos a derrocar a Urano.


Pero los hechos fueron al parecer más complejos: En un principio, no existía la Tierra, sólo un conglomerado informe compuesto por los cuatro elementos, agua, tierra, cielo y aire, en el cual reinaba el Caos, una deidad sin rostro, al lado de su hija y esposa, Nyx (la Noche) , de la que tuvo a Erebo, el  lugar donde vagan los espectros.

Erebo destronó y suplantó a su padre en el lecho de su madre, Nyx, de la que tuvo a las Moiras, Cloto, Láquesis y Átropos (las Parcas griegas, hiladoras del destino), a Hipnos (inspirador del Sueño), y a Thánatos (portador de la Muerte), a Némesis (diosa de la venganza), a Eros (el impulsivo dios del amor), y a una legión de dioses o demonios sin forma que luego habitarán en el corazón de los humanos. Finalmente tuvieron a Éter (el aire), y a Hémera (el día). También destronaron a sus padres, y con la ayuda de su hermano Eros, transformaron el mundo caótico en algo bello, dando comienzo a la creación entendida, no como génesis desde la nada, sino como organización de los elementos.
Finalmente de esta unión nació Gea, la Tierra, la primera diosa con aspecto humano, la base segura de todo lo que en el mundo ya se encontraba dividido, pues bajo la Tierra seguía existiendo un espacio vacío donde todo era Caos (Chaos). Ese Caos engendra el Erebo, el vasto espacio subyacente, en que más tarde tendrán su lugar los infiernos. Eros embelleció a Gea con todos los dones y ella correspondió separando de su seno a Urano (el Cielo) de igual extensión que ella misma, y a Pontos (las agua marinas), también dio a luz a las Montañas y las Ninfas (Driada o Nereida), que en ese momento son genios de las Montañas.

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